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sábado, 29 de diciembre de 2012

Me mimo como una princesa,


y se despertó con una puta. Nunca se acostumbro a mis malas caras después de sus “no” a follar y se quejo después cuando vinieron otros a arreglar sus desastres de cada viernes. Pero se equivoco, yo era menos de vestidos y más de andar en bragas y sujetador y así paso me las robaron y se cabreó. Chilló y yo hice como que me importaba, pero no. Me aburrió esperar sus “si” una vez al mes y busque los de otro, pero me supieron a mierda y tuve que volver echándole de menos y suplicándole que me quisiera como una gata en celo, restregándome en su entrepierna. Pero él quería más y yo venía manoseada y herida de otras manos, de otras bocas y eso a él no le gusto y acabe por no gustarle yo. 

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