Seguidores

martes, 20 de mayo de 2014

Ocurre todos los días.


La gente se destroza y se reconstruye en cada rincón, a cada minuto, pero nunca piensas "eso puede pasarme a mí". Porque cuando estas tan arriba que no ves el suelo se te olvida que todo lo que sube acaba por bajar y te estrellas. Y después te sientes tan abajo que ni te acuerdas de que existía aquello de estar "a tres metros sobre el cielo" y que aquella rubia que sonreía en las fotos eras tú. Porque eras rubia, y él lo odiaba tanto, y tú te reías como si no lo supieras, como si no te lo hubiera dicho más de un millón de veces. Siempre desafiando el limite, siempre susurrando"sigue un poco más", un más que nunca fue demasiado hasta que no volvió a llamar al día siguiente. Y entonces te preguntas, ¿qué ha pasado? ¿Quién ha hecho el que? ¿Quién dijo menos "te quiero" de la cuenta? 

Y te tiñes de pelirroja y te follas a otro. 

miércoles, 16 de abril de 2014

Encuentra lo que amas y deja que te mate.

"Lo que me mata tiene nombre y apellidos, además me coge la mano como nadie ¿y lo quiero? Pues bueno a ratos, pero esos ratos son los más felices de mi vida, se me olvida hasta la existencia de los domingos, yo a usted me lo sé de memoria y lo repaso diariamente, con mis ojos cerrados, con mi boca, con mis manos, con cada célula.

No quiero curarme de ti en unos días, quiero fumarte, beberte, pensarte, imaginarte, cogerte, morderte, ponerme encima y luego debajo. Es posible, yo no sigo a la moral de turno. Yo receto mi tiempo, mi abstinencia, mi soledad. ¿Te parece bien que te quiera más de una, dos o tres veces? No será mucho, ni muy poco, será suficiente. Así podemos reunir todas las palabras que se han pronunciado sobre la tierra para prenderlas fuego, calentarnos con ganas quemadas, y también silencios, porque las mejores palabras están entre dos personas que no se dicen nada. Debemos quemar también otro lenguaje lateral y subversivo (tú sabes cómo te digo que te quiero conmigo) cuando escribo: "que frío hace", cuando entre estas paredes, al lado de la gente, de mi propia presencia, te he dicho "no puedo dormir", (tú sabes que decía, te quiero aquí conmigo). Una semana más para reunir todas las ganas de tiempo. Para dártelas. Para que hagas con ellas lo que tú quieras, guárdalas, acaricialas, tiralas a la basura. No sirven, es cierto. Somos lo más común entre los comunes y el resto del mundo es extraño. Somos típicos y claros entre nosotros. Somos justo lo que queremos. 
Te necesito para una provocación rápida, cómplice y simple. Te quiero, pero no como definición textualmente amorosa, te quiero para mí y eso es muy diferente. No quiero momentos para entender las cosas, porque si esto ya es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón, gloriosamente puedo acampar por el restos de días ahí. 

Esta historia es bonita porque no tiene mucho sentido, por eso es tan complejo escribirte, por eso negocio con la razón la idea de tenerte, de vivirte, porque uno escribe de lo que no entiende y del amor en cualquier nivel de existencia nadie tiene idea absoluta."

lunes, 24 de febrero de 2014

"Soy yo, abre la puerta."

Casaros con una chica que no baile más que en la cama. Que os proponga tener hijos en la primera cita, tomando café y presentarle a vuestra madre en la segunda. Decirles a vuestros amigos que es guapa de espaldas, preciosa de cara, y que de repente el mundo es muy pequeño y ya no puedes hacerte una paja más que cuando piensas en verla.


lunes, 27 de enero de 2014

Si tu me dices ven...


Y si estamos rotos, ven y recuérdame que el amor es cosa de dos, de ti y de mi.
Dime que quieres que me quede, aunque sea cinco minutos más, que me quieres para siempre y que lo sientes cada vez que me dejas sudorosa y con ganas de más. Vuelve mañana por si se me ha olvidado a que huele la cama cuando desayunamos de madrugada entre mis piernas, entre tus sabanas. Gritamelo al oído, haz que me lo crea, porque quiero quedarme paralizada en un "te quiero" después de correrme contra tu boca. Y si estamos locos, ven y recuerdame quien eres cuando no nos reconozco ni yo. Dime que quieres que me quede, aunque a veces no quieras quedarte ni tú.