Es
como si todos los tíos que me encuentro llevarán en la frente aquel cartel de
“usar y tirar” que hace tanto daño y es como si yo acabará con el tatuado en
cada frase, en cada beso, incapaz de mantenernos a flote, a no ser que me
valla. Y antes de calzarme los tacones, de buscar mis bragas, echo un ultimo
vistazo a la cama y me duele saber que realmente no va a funcionar y que va a
ser por mi culpa, pero te beso la frente como si eso fuera a borrar mi recuerdo
de tus pesadillas, como dándote la libertad para poder odiarme cuando me haya
ido llevándome tu camisa favorita. Y de repente estás ahí todo guapo y siento
que no es para mí y por un momento dudo de quien es el de “usar y tirar” y
quien uso a quien y lo que es aún peor, de quien va a tirar a quien con todo lo
que esa palabra con lleva. Aquel día cometí el error de volverme a la cama y
quererle, durará lo que durará, no queriendo ser la responsable de que se
cambiará de acera, de que le robará la virginidad a una cualquiera, de que
nunca más sonriera al ver a una mujer porque en cada una de ellas viera un
cartel en el que ponía “usar y tirar”.
Seguidores
martes, 25 de junio de 2013
domingo, 2 de junio de 2013
Fue el chico malo de mi vida.
"No soy buena para decir ‘no’, así que pensé, a la mierda, probaré todo al menos una vez."
Así que lo probé. Fue el chico malo de mi vida. Perdí tantas veces el norte en su cama como el rimmel, no supe distinguir lo que estaba bien, de lo que estaba mal cuando me lo decía con esa cara de "estas tan preciosa en ropa interior...", pero después de tres meses, mis bragas estaban dadas de sí y mis tetas manoseadas. Nada más; ni corazones, ni flores, ni bombones.
- Nos ira bien. Todo nos saldrá bien
Suscribirse a:
Entradas (Atom)